Mi semana en Blois, Angela.

 

Cuando llegamos, después de muchas horas tanto de autobús como de avión, nos subimos a unos taxis que nos llevaron a una parada donde nos encontramos con los franceses y sus familias.

Después de que ellos estuvieran en España, aquí era mucho mas fácil, porque ya nos conocíamos, y teníamos confianza.

El reencuentro fue increíblemente bonito, hubieron algunas lagrimas pero nada que ver a cuando nos fuimos. 

Llegamos sobre las 12:30 y entre que llegamos y todo se nos hizo bastante tarde. 

Visitamos muchos castillos, todos preciosos, y con una historia muy bonita. 

Todos los guías que tuvimos fueron super amables y intentaban todo el tiempo que lo entendiéramos. 

Hacer amistad con gente de España que no conocía, aunque fuéramos al mismo instituto fue también fruto de esta gran experiencia, en la que gracias a Erasmus hemos podido conocernos. 

Además conocimos a amigas de Kelya, que fueron super agradables y majas. Era todo tan fácil y bonito que parecía mentira. 

La ultima noche fue la mas especial, en la que hicimos la entrega de diplomas, y mas a la noche fue la cena, en la que vinieron padres de algunos franceses, y estuvimos todos juntos. Bailamos, cantamos, reímos... 

Las despedidas siempre son lo peor, cuando nos dimos cuenta de que no volveríamos ya no a vernos, si no a vivir esta experiencia todos juntos, fue cuando peor lo pasamos. Habían padres franceses llorando, fue muy emocionante.

Fue todo tan tan bonito, que es imposible describirlo con palabras o con fotos. 

Todos nos llevamos esta experiencia y a esta gente en el corazón <3